jueves, febrero 05, 2015

El día en que la tierra se detuvo...

Hace ya más de siete años, Carlos me dijo que quería que tuvieramos un perro, él nunca había tenido un perro en su familia antes y yo pensé por qué no, a mí me gustan los perros. Él mencionó que quería un Husky, un perro grande y yo pensé que estaba bien.

Un tiempo después de haber tenido esta conversación, nos encontramos unas fotos de unos cachorros peluditos, de una raza que no conocíamos, eran Samoyedos, nunca los habíamos visto antes. Buscamos en Google información sobre la raza y buscamos si había de estos perros en Costa Rica y ahí mismo en la primera página de resultados, nos encontramos una familia en Cartago que tenía cachorros de Samoyedo que estaban buscando un hogar.

Nos dijimos, vamos a verlos nada más, nunca pensamos en las consecuencias de esta acción. Llegamos y vimos esas pelotitas blancas de algodón, nos enamoramos completamente y decidimos ahí mismo de que teníamos que dejarnos uno, sin pensar mucho sobre nada más, nos robó nuestros corazones para siempre.

Trajimos a la casa uno de los amores de nuestras vidas al que llamamos Sam, este es el primer día en su nueva casa, tenía solo dos meses y era el cachorrito más lindo que habíamos visto.


Lo presentamos a nuestras familias y como nos lo hizo a nosotros, se lo hizo a los demás, le robó el corazón a todos, era una pelota dulce de algodón. Lo solíamos llevar donde mi Mamá y ahí jugaba con el cachorro de la casa que se llamaba Chester, jugaban todo el día hasta que quedaban agotados. Le encantaba ir ahí y correr por todo el patio.





También le gustaba ir al Tec, hacer caminatas por el campus donde podía conocer otros perros, porque siempre era muy amistoso y él siempre tenía tiempo para jugar.



Le encantaban sus animales de peluche, tenía un oso Pooh al que yo tenía que coser y arreglar constantemente, hubo un punto en que tenía tantos remiendos que lo llamábamos Frankenpooh, pero él lo adoraba sin importarle nada. Solía llevar sus osos de peluches en algunas de sus caminatas, especialmente en las noches cuando salía por última vez en el día.



Le gustaba pasar tiempo en el patio de la casa, jugar con nosotros en la cama y también estaba bien acostumbrado a la paparazzi de la Mamá que no paraba de tomarle fotos, tanto que aprendió a posar para ella.




Después de cuatro años de estar con nosotros, tuvimos la oportunidad de mudarnos para California, decidimos que no nos iríamos a ninguna parte sin él, él era parte de nuestra familia, jamás lo dejaríamos, ningún trabajo u oportunidad vale la pena si tienes que partir tu familia. Así que investigamos y encontramos una manera segura de traerlo con nosotros, también nos aseguramos de que su vida fuera mejor aquí. Estábamos muy emocionados porque aquí lo podíamos llevar a más lugares, hay más parques para perros, mejores guarderías, más parques y lugares donde los perros son permitidos, etc.

El día que viajó de Costa Rica a California fue un día muy estresante por todos los riesgos que estos viajes implican, pero llegó sano y salvo y nosotros no podíamos estar más felices de tenerlo con nosotros. Aquí escribimos un poco más sobre esta aventura, por si quieren saber más http://maricelquesada.blogspot.com/2012/02/bringing-sam-to-california.html

Ya en California, visitó un parque solo para perros por primera vez (donde vivíamos no había parque para perros en ese entonces), visitó la playa y la nieve por primera vez también y además conoció otros Samoyedos.




Lo llevamos a Tahoe donde conoció a Kalcite, Diem, Sophie y Vino, todos Samoyedos como él, hermosos, amistosos, peludos Samoyedos como él. En este viaje hasta pudo jalar un trineo por primera vez, lo hizo naturalmente como si fuera algo que hubiera hecho toda su vida.





Aquí en el Bay Area, algunos de sus lugares favoritos eran Fort Funston, Point Isabel y los Baylands de Palo Alto. Sin embargo, mientras estuviera afuera caminando con nosotros él era feliz, le encantaba explorar nuevos lugares, conocer otros perros y personas, los viajes en el carro, cualquier clase de aventura. Ah, también le gustaban galletitas y escarbar algunas veces!




Algo que disfrutábamos mucho haciendo era llevarlo a Tahoe, le gustaban tanto esos viajes, los disfrutaba mucho porque podía correr sin correa, nadar en el lago, estar afuera todo el día, era un paraíso.







Sam no era una mascota o solo un perro, él era un miembro de nuestra familia, era alguien al que amábamos mucho, siempre estaba ahí con nosotros, siempre tenía una gran sonrisa para nosotros, siempre estaba feliz de vernos y siempre era gentil y amistoso, él era nuestro mejor amigo.











Sam nos dio siete años de felicidad, pero hoy decidió cruzar el arco iris, hoy es el día en que la tierra se detuvo y por un momento nada parecía tener sentido, nos dejó de repente, todo pasó muy rápido, no lo podíamos creer, perdimos nuestro mejor amigo, nuestro compañero, el amor de nuestras vidas. Lo extrañaremos muchísimo todos los días.







Sam te amaremos por siempre!!!

Sam
08 Dic 2007 - 04 Feb 2015


3 comentarios:

Unknown dijo...

Estimados Maricel y Carlos: quiero dejar en este blog mi agradecimiento no solo por lo hermoso de este relato, sino también por el modelo de Amor que ustedes construyeron y mostraron a todos al convertirse junto con Sam en una bella familia.
Vaya propósito de vida!!

Como dice un legendario poeta tico: morir es florece en otra forma. Y eso aplica para toda la Creación de Dios. Los acompaña en estos difíciles momentos, A María la mamá de Gaby. Un

Unknown dijo...

Muchas gracias doña Ana, la verdad es que lo vamos a extrañar montones, pero por lo menos nos quedan todos los buenos recuerdos de los momentos que vivimos con él.

Unknown dijo...

Yo también tuve una perra por cierto se parecia mucho a Sam. Nos dejó hace año y medio fue muy duro. Pero tenemos a su hija qué nos lo ha hecho más facil. Animo